- PROCESO DE PROTESTANTIZACIÓN DEL CATOLICISMO
- UN MAL RECONOCIDO POR MUCHOS
- Pablo VI
- El Cardenal Basil Hume
- El P. Lucas Prados: Comunión en pecado mortal
- El Cardenal Gerhard Ludwig Müller
- El peligro de separar la pastoral de la doctrina
- Pbro. Dr. José María Iraburu
- El Card. Joseph Ratzinger
- Lutero hoy, ante la Congregación para la Doctrina de la Fe
3.- UN MAL RECONOCIDO POR MUCHOS
Después de describir el síndrome ‘protestante’, sus síntomas y su naturaleza íntima, escuchemos las voces de atentos observadores de la realidad eclesial, que han señalado la presencia actual de la dolencia y nos permitirán comprender mejor su naturaleza, sus causas y su desenlace.
3.1. Mons. Marcel Lefebvre
Comenzamos por la voz de quienes, debido a la alarma ante la gravedad del mal y por la vehemencia misma de su preocupación, se pusieron y están en la situación que todos conocemos. Tras la finalización del Concilio Vaticano II, Monseñor Marcel Lefebvre le había reprochado al Novus Ordo Missae de Pablo VI, haber abierto el camino a la protestantización de la celebración eucarística católica. Fue ese uno de los motivos, aunque ni el primero ni el principal, por el que sus protestas terminaron en un acto de indisciplina. Diríamos que fue la gota que desbordó el vaso.
Su sucesor Mons. Bernard Fellay, en sus conversaciones con el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, mantenidas con la esperanza de restaurar la situación disciplinar, en ocasión del año jubilar del 2000, previno que, aún si volviese hoy a la sujeción disciplinar, seguiría combatiendo el modernismo y el liberalismo en la Iglesia y continuaría sosteniendo, entre otras cosas, que “la misa de Pablo VI tiene silencios que abren el camino a la ‘protestantización’”; y afirmaba también que se seguiría oponiendo “a una forma de ecumenismo que hace perder la idea de la única Iglesia, con el peligro de una mentalidad protestante”[25].
Si volviera a la comunión no estaría solo en esta lucha en la que se siguen empeñando muchos católicos, como veremos a continuación.
3.2. Señalar la protestantización no significa ser lefebvrista
Dado que estas denuncias han sido una bandera del sector de católicos cuyo sentir interpretaba Mons. Lefebvre y sus seguidores, algunos han estimado que hablar de protestantización – ya sea de la celebración eucarística ya sea de otros aspectos del catolicismo - sería algo propio y exclusivo de una óptica “fundamentalista” y, por eso, un tópico que habría que desechar, so pena de incurrir en lefebvrismo.
Esta afirmación no resiste al examen. No porque lo diga Monseñor Lefebvre la cosa es así, sino que porque la cosa es así lo dijo Mons. Lefebvre, y en esto no estuvo ni está solo, como se verá. Porque no han sido solamente Monseñor Marcel Lefebvre y la Fraternidad San Pío X, quienes han señalado la tendencia protestantizante dentro del catolicismo actual.
Coinciden en comprobarlo y reconocerlo con parecida alarma, numerosas voces eclesiásticas católicas nada sospechables de lefebvrismo; unos que celebran y otros que deploran y resisten el proceso desde dentro de la comunión católica. Lo que sigue no es sino una antología de esas voces que ponen de manifiesto que estamos ante un hecho que todos reconocen, incluso aquellos que lo consideran bueno como es el caso, por citar uno solo pero muy prestigioso y representativo de un partido eclesial, del Cardenal Carlo Maria Martini.
Apliquemos, pues, al caso el dicho de san Ambrosio que Santo Tomás cita unas 13 veces en sus escritos: “Omne verum a quoqumque dicatur a Spiritu Sancto est”: “toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo”[26].
3.3. El Cardenal Carlo Martini: El Vaticano II se inspiró en las reformas de Lutero.
En la entrevista que le ha hecho el jesuita Georg Sporschill[27], el Cardenal Carlo Maria Martini: declara:
“La Iglesia necesita reformas internas… Martín Lutero fue un gran reformador… La Iglesia católica se dejó inspirar por Lutero en el Concilio Vaticano II y ha suscitado un movimiento de renovación desde dentro. Los tesoros de la Biblia fueron abiertos por primera vez a los católicos a nivel más amplio. Hemos adquirido una nueva relación con el mundo, con sus dificultades y sus conocimientos. Una consecuencia de las reformas es también el movimiento ecuménico”[28].
El hecho de que el Cardenal Martini juzgue positivo este hecho muestra que es un hecho comprobado no solamente desde filas lefebvristas que lo lamentan, sino comprobado también por eclesiásticos tenidos por progresistas que lo celebran como positivo. Una cosa es el hecho y otra la valoración. Pero el hecho es reconocido por todos. Unos lo consideran bueno, lo aplauden y lo promueven, como el Cardenal Martini. Otros lo deploran.
3.4. Monseñor José Guerra Campos
Mons. José Guerra Campos, destacada figura del episcopado español, que participó en el Concilio Vaticano II, comprobaba en 1980 que estaban ocurriendo ya “tantas cosas extrañas” en la Iglesia católica en la España postconciliar, “que su acumulación – decía - anula ya la extrañeza, convirtiendo lo deforme en algo acostumbrado”. Y se preguntaba acto seguido:
“¿No demuestra esto precisamente que está en marcha un proceso de protestantización de la Iglesia en España?”. Proponía este prelado como medida imprescindible, con la finalidad de que las fuerzas sanas que había todavía en el catolicismo español contuviesen el proceso de protestantización y consiguiesen en España un nuevo florecimiento de la vida católica, “la acción adecuada de la Jerarquía”, para lo cual es – decía – “indispensable que los organismos dependientes de la Jerarquía no sigan albergando la oposición al Magisterio de la Iglesia”[29].
Es decir que, según el diagnóstico de este prelado, las tendencias protestantizantes habían penetrado y se albergaban, dentro mismo de las instituciones eclesiásticas oficiales y a vista y paciencia de la Conferencia de los obispos españoles.
3.5. Ralph M. Wiltgen SVD: El Rin se vuelca en el Tíber
Si esto estaba empezando a suceder con el episcopado español del postconcilio, en otros episcopados la situación era de larga data. Ya dentro del aula del Concilio Vaticano II se puso de manifiesto una tensión, sin duda preexistente, entre la óptica de los obispos provenientes de los países de mayoría protestante por un lado y los provenientes del mundo latino y de mayoría católica por el otro. Ralph M. Wiltgen SVD en su libro El Rin desemboca en el Tiber. Historia del Concilio Vaticano II[30]: ha mostrado documentadamente cómo la influencia protestantizante llegó a Roma desde los países bañados por el Rin (Alemania, Austria, Suiza, Francia y Holanda) y de la vecina Bélgica[31]. “Los cardenales y teólogos de estos seis países – afirma y documenta el Padre Wiltgen - consiguieron ejercer un influjo predominante sobre el Concilio Vaticano II”.
El Padre Wiltgen fue testigo de las luchas libradas dentro y alrededor del aula conciliar, a la que no eran ajenas las infiltraciones culturales del mundo y las presiones de la prensa y de los centros de documentación.
“La opinión pública sabe muy poco – afirma – de la poderosa alianza establecida por las fuerzas del Rin, factor que influyó de forma considerable sobre la legislación conciliar. Y se ha oído hablar todavía menos de la media docena de grupos minoritarios que surgieron precisamente para contrarrestar esa alianza”[32].
3.6. Pablo VI: La Nota Explicativa Previa a Lumen Gentium
Humanamente hablando, sin la acción moderadora del Espíritu Santo y del justo medio alcanzado gracias a su acción, se hubiera impuesto la visión de gran parte de los episcopados residentes en el mundo protestante.
Esta tendencia se puso de manifiesto no solamente alrededor del Concilio sino incluso dentro del aula, en forma de visiones eclesiológicas ‘episcopalistas’ que amenazaba menguar la autoridad suprema, doctrinal y jerárquica correspondiente al primado del Papa.
El Papa Pablo VI tuvo que moderar la fuerza de esa tendencia y de lo que ella había logrado en la redacción de la Lumen Gentium, mediante una Nota explicativa previa[33] referente al capítulo tercero de esa Constitución. Pablo VI salió así al paso de interpretaciones del texto conciliar que ya circulaban y que apuntaban a recortar la autoridad propia que la tradición católica reconoció siempre al sucesor de Pedro y Vicario de Cristo, Se pretendía relativizar el dogma de la Infalibilidad, proclamado por el Vaticano I.
La Comisión Doctrinal, ‘por Autoridad superior’, es decir por mandato del Papa, declara en la Nota explicativa que: “El paralelismo entre Pedro y los demás Apóstoles por una parte, y el Sumo Pontífice y los demás obispos, por otra, no implica la transmisión de la potestad extraordinaria de los apóstoles a sus sucesores ni, como es evidente, la igualdad entre la Cabeza y los miembros del colegio”.
La necesidad en que se vio Pablo VI, es uno de los muchos episodios conciliares que demuestran que lo relatado por Wiltgen se ajusta a la verdad histórica. Como documenta Wiltgen, entre los mismos Padres conciliares había una fracción que, sin la intervención del Magisterio pontificio, hubiera podido excederse en la dirección que sale a vetar Pablo VI.
Se había logrado un texto ambiguo que se prestaba a ser interpretado en la dirección de una eclesiología protestantizada, tendiente a recortar la autoridad Papal, nivelándola con la de los demás obispos.
De hecho, después del Concilio, y para dar satisfacción a esas aspiraciones en lo que tenían de justas y no se apartaba de la sana eclesiología, se crearon las conferencias episcopales y los sínodos periódicos de obispos.
3.7. El Cardenal Adrianus Simonis: buen conocedor del paño calvinista
Otra voz que señala la protestantización es la del cardenal primado de Holanda, Adrianus Simonis, quien, como holandés, es un buen conocedor del paño calvinista. En una entrevista a la revista 30 Días publicada en octubre de 1995, afirmó: “La situación de la Iglesia es hoy dificilísima. Puede uno preguntarse si no está en acto, en el mundo del oeste, una sedicente segunda Reforma. Hablo de una situación semejante a la del siglo XVI, que laceró a la Iglesia. [...] Esta segunda Reforma me parece aun más peligrosa que la primera”.
Quien recuerde lo sucedido con el catecismo holandés, con el sínodo pastoral holandés y con el llamado a Roma de los obispos holandeses, comprenderá a qué se está refiriendo el cardenal Simonis. Sólo que él, en esta entrevista, no se refería solamente a la Iglesia en Holanda, pionera del proceso secularizador protestantizante, ni solamente a lo que señala Wiltgen sobre el Concilio, sino a un acontecer que ya se daba antes del Concilio y que eclosionó vigorosamente durante el Concilio, a raíz de él y después de él.
3.8. La intención de Pablo VI para el Novus Ordo Missae: “aproximarse a la liturgia protestante”
En una entrevista realizada en el programa radiofónico francés “Ici lumiére 101”[34], el presentador, un luterano francés llamado Francois Georges Dreyfus, invitó a Yves Chiron, autor de un libro sobre Pablo VI, y a Jean Guitton, el renombrado académico francés autor e íntimo amigo de Pablo VI (nadie conoció más de cerca a Pablo VI como Jean Guitton).
- Francois Georges Dreyfus: Sería superfluo presentarle a nuestros oyentes a esta personalidad clave del catolicismo moderno, no solamente del catolicismo francés, al gran filósofo católico de nuestros tiempos. Es miembro de la Academia Francesa, de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, y profesor honorario de La Sorbona. Este hombre ha escrito una serie de libros que no mencionaré (…) Usted está aquí, (…) porque conoció bien a Pablo VI (…) Usted acostumbraba ver a Pablo VI todos los años, durante muchos años.
- Jean Guitton: Traté a Pablo VI durante casi medio siglo. Fui un íntimo amigo suyo, y puedo decir que estaba muy cerca de mí, de manera que cuando fue elegido Papa fui a verlo y le dije: “Leí en Aristóteles que no se puede ser amigo de Júpiter; vine por lo tanto a despedirme, Santo Padre, porque no puedo ser más su amigo”. Me contestó enseguida: “Oh, Guitton, ¿no tengo yo un corazón? ¿No soy capaz de tener una amistad? Usted tiene que seguir siendo mi amigo para siempre”. Lo veía todos los 8 de septiembre… me hizo hacerle la promesa, o mejor dicho dos promesas, que no fueron muy difíciles de cumplir. La primera, era ir a verlo cada 8 de septiembre, hasta el final de mi vida; y fui a verlo todos los 8 de septiembre, hasta el fin de su vida. Lamentablemente, o quizás felizmente, murió en el mes de agosto, así que no pude verlo por vigésima octava vez. Pero la segunda promesa fue más difícil de mantener. Me dijo: “Le pido que me promete escribir en confianza lo que precise sobre la Iglesia y sobre mí, ya sea que me guste o no”. Claramente este segundo pedido, esta segunda promesa solemne, fue la más difícil de mantener, porque en ocasiones defendí en su presencia a hombres de quienes él tenía una opinión muy pobre. No quiero darle mucha importancia, pero mi inclinación es ayudar a gente que no es… que es perseguida, que es malentendida, y muchas veces tuve que hacerlo frente a Pablo VI.
- Dreyfus: Me parece que no estoy de acuerdo con usted, maestro, en cuanto a las cuestiones litúrgicas. En materia litúrgica, la misa nueva de Pablo VI tal como aparece en su texto francés, contradice sin lugar a dudas el texto de la Constitución sobre Liturgia Sagrada del propio Concilio. Encuentro que esto es inquietante (…)
- Guitton: Estoy bastante impresionado de oírlo a usted hablar así, porque la intención de Pablo VI en materia litúrgica, en esa materia que comúnmente se llama “la Misa”, era reformar la liturgia católica, de manera que se aproximara lo más posible a la liturgia protestante (…) con la Cena del Señor de los protestantes. El Papa, en la liturgia católica de mi infancia, el Papa o el sacerdote nos daban la espalda. Uno sólo podía verle la espalda: ahora uno sólo puede verle la cara, de forma que…
- Dreyfus: Si usted viniera a mi parroquia luterana, sólo vería la espalda del pastor. En todas las parroquias luteranas de París solamente se puede ver la espalda del pastor.
- Guitton: Eso es extraño, porque Pablo VI lo hizo para aproximarse lo más posible a la Cena del Señor de los protestantes.
- Dreyfus: Usted querrá decir la Cena del Señor de los calvinistas. Eso es calvinización. La gente habla de protestantización, pero cuando a Pablo VI le reprochan haber protestantizado la Misa, yo pienso que quieren decir “calvinizado”.
- Guitton: Esto es un problema difícil, las diferencias entre los calvinistas y los luteranos. A menos que me equivoque, usted es más bien luterano que calvinista.
- Dreyfus: Yo de ninguna manera soy calvinista.
- Guitton: ¡De ninguna manera! Pablo VI, sin embargo, era todo lo contrario. Hay una gran diferencia entre vuestros corazones y el mío, pero yo sólo puedo repetir que Pablo VI hizo todo lo posible para alejar la Misa católica del Concilio de Trento y acercarla a la Cena del Señor de los protestantes.
Fue asistido particularmente por el Arzobispo Bugnini, aunque Bugnini no siempre tuvo la total confianza de Pablo VI. Pero estoy sorprendido con su objeción. Antes que nada, la Misa de Pablo VI es un banquete, ¿no es cierto? pone su mayor énfasis en el aspecto de participar de un banquete y mucho menos en la idea de sacrificio, un sacrificio ritual en la presencia de Dios con el sacerdote de espaldas. De manera que no creo estar equivocado cuando digo que la intención de Pablo VI y de la nueva liturgia que lleva su nombre, era la de pedirle a los fieles que participen más en la misa, la de darle más espacio a la Escritura y menos a lo que algunos llaman “La Magia”, y que otros llaman la consagración, consubstanciación, transubstanciación y la Fe católica. En otras palabras, vemos en Pablo VI una intención ecuménica de limpiar o al menos corregir o suavizar todo lo que fuera demasiado católico en la Misa y llevarla, como lo digo otra vez, lo más cerca posible de la liturgia calvinista. Así de claro: es una revolución en la Iglesia.
- Dreyfus: Yo sólo agregaría que el Padre Congar habla de una revolución de octubre en la Iglesia[35].
- Guitton: Así es. Hoy en día estamos experimentando tal revolución, que divide a los católicos y divide a las familias, y que los seguirá dividiendo por mucho tiempo. En muchas familias católicas, la gente se pregunta: “¿A qué Misa vas?”
3.9. El Cardenal Basil Hume: Mengua de la devoción eucarística
El Cardenal Basil Hume, según un informe de The Catholic Herald publicado el 3 de septiembre de 1999, lamentaba, muy poco tiempo antes de su muerte, el hecho de que los católicos de su país hubiesen perdido la devoción por la Eucaristía, base de la Fe católica, asimilándose así al cristianismo protestante.
Esto sucedía no obstante el alerta de Pablo VI en su encíclica Mysterium Fidei, en la que el Papa había salido, ya en 1965, al cruce de “opiniones acerca del las Misas privadas, del dogma de la transubstanciación [y por consiguiente de la presencia real], y del culto eucarístico que turban las almas”[36]. Se trata de las mismas opiniones de Lutero. En 1967, a poco de terminado el Concilio, Pablo VI comprobaba la expansión de este tipo de “desviaciones doctrinales análogas a las que efectuó en su época la Reforma Protestante” (27-6-67).
3.11. Pbro. Dr. José María Iraburu: Infidelidades en la Iglesia
De estos males del catolicismo actual, ha trazado un panorama el Pbro. Dr. José María Iraburu en su obra Infidelidades en la Iglesia[53]. Al observar la realidad eclesial, donde detecta confusión y división, se pregunta Monseñor Iraburu:
“¿Cómo es posible que nunca haya habido en la Iglesia un cuerpo doctrinal tan amplio, asequible y precioso, y que al mismo tiempo nunca haya habido en ella una proliferación comparable de errores y abusos? Parecen dos datos contradictorios, inconciliables. La respuesta es obligada: porque nunca en la Iglesia se ha tolerado la difusión de errores y abusos tan ampliamente. La confusión no es católica. Es, en cambio, la nota propia de las comunidades cristianas protestantes. En ellas la confusión y la división son crónicas, congénitas, pues nacen inevitablemente del libre examen y de la carencia de Autoridad apostólica.
“El papa León X, en la bula Exurge Domine (1520), condena esta proposición de Lutero: ‘Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier Concilio’ (n.29: DS 1479).
“Partiendo de esas premisas, una comunidad cristiana solamente puede llegar a la confusión y la división. Este modo protestante de acercarse a la Revelación pone la libertad por encima de la verdad, y así destruye la libertad y la verdad. Hace prevalecer la subjetividad individual sobre la objetividad de la enseñanza de la Iglesia, y pierde así al individuo y a la comunidad eclesial. Es éste un modo tan inadecuado de acercarse a la Revelación divina que no se ve cómo pueda llegarse por él a la verdadera fe, sino a lo que nos parezca. No se edifica, pues, la vida sobre roca, sino sobre arena.
“De hecho Lutero destrozó todo lo cristiano: los dogmas, negando su posibilidad; la fe, devaluándola a mera opinión; las obras buenas, negando su necesidad; la Escritura, desvinculándola de Tradición y Magisterio; la vida religiosa profesada con votos, la ley moral objetiva, el culto a los santos, el Episcopado apostólico, el sacerdocio y el sacrificio eucarístico, y todos los sacramentos, menos el bautismo...
“Pero Lutero, ante todo, destroza la roca que sostiene todo el edificio cristiano: la fe en la enseñanza de la Iglesia apostólica. Y lógicamente todo el edificio se viene abajo.
“La fe teologal cristiana es cosa muy distinta, esencialmente diferente, de la libre opinión de un parecer personal. Como enseña el Catecismo, ‘por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios... La Sagrada Escritura llama “obediencia de la fe” a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)» (143)
“La fe cristiana es, en efecto, una «obediencia», por la que el hombre, aceptando ser enseñado por la Iglesia apostólica, Mater et Magistra, se hace discípulo de Dios, y así recibe Sus «pensamientos y caminos», que son muy distintos del parecer de los hombres (Is 55,8)”.
Hasta aquí la cita del escrito del P. Iraburu.
3.12. El Cardenal Godfried Danneels: Mengua de las vocaciones sacerdotales y de la vida sacramental
El Cardenal de Bruselas, Godfried Danneels, manifestó en una entrevista al Catholic Times el 12 de mayo de 2000, que la crisis de las vocaciones sacerdotales ha llegado a ser tan severa que pone en riesgo la existencia misma de la Iglesia católica en Europa y arriesga su reducción a un cristianismo de tipo protestante: "Sin sacerdotes, la vida sacramental de la Iglesia terminará por desaparecer. Vamos a transformarnos en protestantes, sin sacramentos. Vamos a ser otro tipo de iglesia, no católica".
Como bien lo ha señalado el P. André Manaranche S.J., la ideología teológica de matriz protestante que está en la raíz de la crisis es la que equipara el sacerdocio ministerial con el sacerdocio común de los fieles[54]. La protestantización se pone de manifiesto en la crisis de identidad de los sacerdotes y de la vida consagrada.
El Cardenal Godfried Danneels ha percibido también el fenómeno de protestantización bajo la forma de una creciente pérdida del sentido de la economía sacramental que caracteriza a la fe católica.
“Los sacramentos – afirma - han dejado de ser el centro de gravedad para la pastoral católica. De hecho, aunque los hombres y mujeres contemporáneos todavía entienden el poder de la palabra y la relevancia del servicio diaconal en la Iglesia, tienen muy poca comprensión y apreciación de la realidad del mundo sacramental. Como resultado, la liturgia corre el peligro de ser dominada, en gran parte, por un exceso de palabras o, de ser considerada meramente como un modo de recargar las pilas para tomar parte en el servicio y en la acción social. La Iglesia parece ser nada más que un sitio donde uno habla y donde se pone al servicio del mundo. La vida sacramental está cambiando su puesto desde el centro de la Iglesia, a la periferia”
Y concluye preguntando: “¿Será tal vez comparable a una lenta e inconsciente protestantización de la Iglesia desde adentro?”[55]
La viciosa “verbalización” del culto eucarístico que deplora el Cardenal Danneels la comprueban y deploran también otros expertos en esta materia. Uno de ellos es Max Thurian, figura célebre del ecumenismo. Otro es el renombrado liturgista Pere Tena. Ambos lamentan, como el Cardenal, que la praxis litúrgica se haya hecho excesivamente verbalista, asemejándose en la práctica al culto protestante más allá e incluso contra la intención de los documentos conciliares y de lo que permite la Nueva Ordenación de la Misa de Pablo VI[56].
[1] “La Nave y Las Tempestades VI – La Reforma Protestante” Ed. Gladius, Buenos Aires 2005, 2011. Nuestro estudio preliminar fue republicado por revista Arbil Nº 101 http://www.arbil.org/101bojo.htm. Una nueva versión de este informe se publicó en el número de Navidad de 2015 de la revista Gladius Nº 94. Y se puede ver en Internet en la web del Centro Pieper: http://centropieper.blogspot.com.uy/2015/10/proceso-de-protestantizacion-del.html
[2] Ed. Gladius, Buenos Aires, 2002
[3] Me refiero a la fides qua creditur en primer lugar, pero juntamente a la fides quae creditur
[4] El carácter rupturista de la Reforma delata su parentesco con la Modernidad Un parentesco que, como más adelante se verá fue señalado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger.
[5] Jaime Balmes, El Protestantismo comparado con el catolicismo y sus relaciones con la civilización europea (España 1842) Tomo I, Cap. II: Investigación de las causas del Protestantismo.
[6] Miguel de Unamuno, “Diario Intimo” Alianza Editorial (El libro de bolsillo) 1986, cita en pp. 53-54
[7] 1ª Corintios 11, 19
[8] 1ª Juan 2,19
[9] “En efecto, si pensamos en los dos milenios de historia de la Iglesia, podemos observar que – como lo había predicho el Señor Jesús (cfr. Mt 10,16-33) – nunca han faltado las pruebas a los cristianos, que en algunos periodos y lugares han asumido el carácter de verdaderas y auténticas persecuciones. Estas, sin embargo, a pesar de los sufrimientos que provocan, no constituyen el peligro más grave para la Iglesia. El mayor daño, de hecho, lo padece ésta de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades, erosionando la integridad del Cuerpo místico, debilitando su capacidad de profecía y de testimonio, empañando la belleza de su rostro. Esta realidad está atestiguada ya por el epistolario paulino. La Primera Carta a los Corintios, por ejemplo, responde precisamente a algunos problemas de divisiones, de incoherencias, de infidelidades al Evangelio que amenazan seriamente a la Iglesia. Pero también la Segunda Carta a Timoteo – de la que hemos escuchado un pasaje – habla de los peligros de los “últimos tiempos”, identificándolos con actitudes negativas que pertenecen al mundo y que pueden contagiar a la comunidad cristiana: egoísmo, vanidad, orgullo, apego al dinero, etc. (cfr. 3,1-5)”. [Benedicto XVI, Homilía en la Solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo 29 junio 2010].
[10] 1ª Juan 2, 19
[11] Marcos 13, 5.9.33.37
[12] “La justicia y la paz huyeron lejos de vosotros, por haber cada uno abandonado el temor de Dios y dejar que se debilitaran los ojos de la fe en Él. Ya no caminabais en las ordenaciones de sus mandamientos, ni llevabais una conducta conforme a Cristo, sino que cada cual se echó por las sendas y veredas por donde le llevaban por las sendas y veredas por donde le llevaban los deseos de su corazón malvado, ya que habías concebido dentro de vosotros una envidia (celo agrio, acedia) injusta e impía, aquélla misma por la que la muerte entró en el mundo (Sabiduría 2, 24) (1ª Clemente III, 4) […] “… cosa en extremo vergonzosa e indigna de vuestro comportamiento en Cristo, es oírse que la firmísima y antigua iglesia de los corintios se halla, por una o dos personas, en disensión con sus ancianos” (1ª Clemente, 47, 6).
[13] Reglas para sentir con la Iglesia: Regla 1ª; EE 353 (= Ejercicios Espirituales Nº 353)
[14] Regla 13ª; EE 365
[15] Jaime Balmes lo sintetiza así en el pasaje de su obra antes citado: “el odio a la autoridad de la Iglesia y el espíritu de secta”.
[16] Es decir práctica frecuente de la confesión auricular y privada. Juan Pablo II exhortaba frecuentemente a los sacerdotes a no abandonar el confesionario y se sentaba en él para darles ejemplo. A pesar de eso, la deserción de los ministros ordenados de la atención a las confesiones es un hecho notorio del que se quejan los fieles que buscan confesión. Agreguemos a la lista ignaciana de objetos a alabar: “Alabar el celibato sacerdotal”, reiteradamente impugnado desde tiendas católicas. Los protestantes, en su mayoría, saben que el matrimonio por sí solo no hace mejores pastores, pues conocen en sus ministros casados crisis ministeriales semejantes a las del sacerdote. La deserción de jóvenes sacerdotes recientemente ordenados, muestra que algo pasa en la formación de los seminaristas para la castidad no sólo del cuerpo sino del corazón.
[17] En la arquitectura religiosa ‘moderna’ es manifiesta la ruptura con las tradiciones arquitectónicas católicas y la desacralización del espacio, así como la aparición de un arte religioso que está más al servicio de la decoración y la pretensión estética, que de la piedad, la devoción y la elevación orante, adorante y mística.
[18] Hoy nos habría invitado a alabar el uso del velo para orar, abandonado por nuestras mujeres con evidente protestantización de la piedad femenina y desobedeciendo a la Escritura (1ª Corintios 11) y una Tradición apostólica bimilenaria. La ruptura con el pasado católico se manifiesta también en la abolición de los reclinatorios donde arrodillarse los fieles para orar en todo tiempo o para adorar a Cristo en la Eucaristía, ya sea durante la misa ya sea después.
[19] Y que en muchos lados fueron removidas después del Concilio pero no por orden el Concilio.
[20] Nombre que es hoy mala palabra en instituciones académicas de la Iglesia de donde, a pesar de la expresa recomendación del Concilio (Optatam Totius 16) ha desaparecido el estudio de Santo Tomás en la formación de los sacerdotes.
[21] Ver: 1ª Juan 2, 3-4
[22] Ver: 1ª Juan 2, 9-10 En él batallan la pretendida ‘verdad’ contra la ‘comunión’ eclesial.
[23] Ver: 1ª Juan 1, 8-9
[24] Como dice la copla: “la manzana podrida pudre el cajón y herejía consentida la religión”.
[25] Noticia de ZENIT.org Ciudad del Vaticano, 2 junio 2002. Véase la Carta del cardenal Castrillón a monseñor Fellay, superior de la Fraternidad San Pío X de fecha 06-02-2002
[26] San Ambrosio, en la Glossa a 1ª Corintios 12, 3. Santo Tomás de Aquino lo cita más de quince veces, en sus escritos. Por ejemplo I Sententiarum, Dist. 19, Quaestio. 5, art. 2, 5)
[27] Coloquios nocturnos en Jerusalén, San Pablo, Madrid 2008; (Título original: Jerusalemer Nachtgespräche, Herder Friburgo 2008)
[28] Coloquios nocturnos, págs. 170-171
[29] Boletín Oficial del Obispado de Cuenca, febrero de 1980, pág. 49. También es de 1980 el artículo del P. Miguel Poradowski "La actual protestantización del catolicismo", Verbo (1980) Nº.181-182, p.43-61.
[30] Criterio Libros, Madrid 1999; Título original The Rhine flows into the Tiber. A History of Vatican II. Hawthorn Books, Nueva York 1967; TAN Books, Rockford (Illinois) 1985
[31] Habría que agregar a los que enumera Wiltgen, los episcopados de países como Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
[32] El Rin desemboca en el Tiber, Prefacio, p. 13
[33] Al final de las ediciones de la Constitución conciliar Lumen Gentium aparecen Notificaciones Comunicadas por el Exmo. Secretario General del Concilio en la Congregación general 123 (16 Nov. 1964) que incluye una Nota explicativa previa. Por Autoridad superior [es decir del Papa] de acuerdo al sentido y tenor de dicha Nota “debe explicarse y entenderse la doctrina expuesta en dicho capítulo tercero” que como es sabido trata de la Constitución jerárquica de la Iglesia y particularmente del episcopado.
[34] El 13 de diciembre de 1993. Reproducido en revista Iesus Christus N° 81 – Mayo/Junio de 2002. Reproducido por Augusto del Río, El drama litúrgico, Edit. Santiago Apóstol – Teodicea Buenos Aires 2008
[35] Revolución soviética de octubre de 1917
[36] SS Pablo VI, Encíclica Mysterium Fidei, del 3 de setiembre de 1965, tercer años de su pontificado. Por Misas privadas ha de entenderse las que celebra un sacerdote a solas, en privado.
[38] 1 Cor 11: 27-29
[39] P. Lucas Prados: http://www.adelantelafe.com/que-significa-que-cristo-esta-realmente-presente-en-la-eucaristia/?mkt_hm=22&utm_source=email_marketing&utm_admin=22963&utm_medium=email&utm_campaign=Dos_presen
[40] En Infocatólica el 19 de noviembre de 2011: http://infocatolica.com/blog/conversando.php/1111190539-mons-gerhard-ludwig-mueller-y
[41] Passauer Neue Presse agencia de noticias
[42] 22-25 setiembre 2011
[43] Véase también: http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1111100817-mons-mueller-si-sigue-en-esta
[44] El martes 2 de agosto 2015 en Regensburg, en el Castillo de San Emmeram – primitivo convento benedictino y hoy sede de los príncipes de Thurn und Taxis – un lugar cargado de significación simbólica para el catolicismo. La dueña de casa, la muy devota y ortodoxa fiel católica Gloria von Thurn und Taxis había invitado al Cardenal para presentar el libro del Cardenal Sarah. Asistía entre los invitados Georg Ratzinger, hermano del Papa Benedicto XVI.
[45] Conferencia de prensa del 25 febrero 2015. Ver Infocatólica:http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=23370
[46] Entrevista en la revista francesa Famille Chrétienne 26 de marzo, traducida al inglés por Rorate Caeli
[47] “El Papa en Alemania. En el desierto de la fe”. – “En Berlín y en Erfurt, Benedicto XVI entra en el área de Europa más alejada de Dios. Quiere hacerla una nueva tierra de misión. Un reportaje desde Chemnitz, donde los ateos son mayoría y donde casi nadie ya se bautiza” […] “En Berlín y en Erfurt, la ciudad de Lutero, el papa Joseph Ratzinger entrará precisamente en este perímetro en Europa que presenta el máximo alejamiento de la fe”. Sandro Magister http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1349547?sp=y
[48] “Somos dolorosamente conscientes de que no llegamos a la gente con nuestro discurso” declaró el presidente de la Conferencia Episcopal Cardenal Reinhardt Marx. Die Welt, 17 de julio 2015 http://www.welt.de/politik/deutschland/article144147373/Noch-nie-verliessen-so-viele-die-katholische-Kirche.html El Cardenal Marx pudo más bien preguntarse si esos católicos no se fueron precisamente decepcionados por el discurso protestantizado, secularizado y relativista de sus pastores. La misma fuente informa que entre 2006 y 2014 abandonaron la Iglesia 1.423.855 bautizados. Entre 1990 y 2014, el descenso del número de católicos en millones fue desde 28,5 a 23,9 o sea 4,6 millones en 24 años.
[49] Discurso del santo padre Benedicto xvi en el Encuentro con el Consejo del Comité Central de los católicos alemanes (ZDK) sábado 24 de septiembre de 2011
[50] Presentación del libro del Card. Sarah “Dios o nada” (Ratisbona, 1 de septiembre de 2015)
[51] Discurso a los obispos en la 110ª Asamblea Plenaria de la Conf. Episcopal de Chile, el 8 de noviembre 2015
[53] Fundación Gratis Date, Pamplona 2005
[54] André Manaranche S.J., Querer y formar sacerdotes Ed. Desclée de Br., Bilbao 1996. Original: Vouloir et former des Prêtres, Ed. Arthème Fayard, Paris 1994
[55] Card. Godfried Danneels en declaraciones a la revista America, julio 30 – agosto 6 de 2001
[56] AA. VV. La Liturgia tiene misterio, Cuadernos Phase 77, del Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona 1997
[57] Card. Joseph Ratzinger, Un canto nuevo para el Señor Ed. Sígueme, Salamanca 1999 página 135
[58] Card. Joseph Ratzinger, O.c. p. 203
[59] Ed. BAC, Madrid 1986; título original: Rapporto sulla fede, Ed. Paoline, Milano 1985
[60] Horacio Bojorge, En mi sed me dieron vinagre. Ensayo de teología pastoral y espiritual, Edit. Lumen, Buenos Aires 2ª ed. 1999, capítulo cuarto apartado 13.1 págs. 115 ss.
[61] Horacio Bojorge, Mujer: ¿por qué lloras? Gozo y tristezas del creyente en la civilización de la acedia, Edit. Lumen, Buenos Aires 1999, Cap. 5.2 La felicidad como asunto profético
[62] 1ª Juan 2, 15
[63] La cursiva es nuestra, queremos señalar que esta frase del Cardenal, expresa su visión de que es un mismo fenómeno que continúa.
[64] Enseñó en Chile más de cuarenta años a partir de 1950 hasta los años noventa. Falleció en Polonia en 2004. Una nota necrológica In Memoriam por Miguel Ayuso en Verbo Nº 421-422 (2004) pp. 53-55
[65] 1º)"El protestantismo como reforma", Verbo Nº 161-162, (1978) pp. 89-110. 2º)"El protestantismo como vuelta al paganismo", Verbo Nº 163-164, (1978) pp. 375-385. 3º) "El protestantismo como reacción de la civilización germánica contra la civilización latina", Verbo Nº 167 (1978) pp. 831-852. 4º) "El protestantismo como judaización del cristianismo", Verbo Nº 168, (1978) pp. 1119-1144. 5º) "El protestantismo como naturalización del cristianismo", Verbo Nº 169-170, (1978) pp. 1393-1399, 6º) "El protestantismo actual", Verbo Nº 175-176, (1978) pp. 673-683.
[66] "La actual protestantización del catolicismo", Verbo, Nº 181-182, (1980) pp.43-61
[67] Julien Green, La bouteille à la mer, Journal 1972-1976, Plon, 1976,
[68] Louis Bouyer, La descomposición del catolicismo, Herder, Barcelona 1970 (Original: La décomposition du catholicisme, Ed. Aubier-Montaigne, Paris 1968
[70] “The Fatima Crusader”, 3er, trim.89; ”The Wanderer”, 23-3-89;
[71] En nota al pie número 55 se lee: “No ha de temerse de Dios castigo más grande de pecado alguno que, si cosa tan llena de toda santidad o, mejor dicho, que contiene al Autor mismo y fuente de la santidad, no es tratada santa y religiosamente por los fieles”. Catecismo Romano del Concilio de Trento, Parte II, cap. 4.
[72] Mons. Juan Rodolfo Laise, (obispo emérito de San Luis, Argentina), Comunión en la mano. Documentos e historia. Ed. Vórtice, Buenos Aires 2005 (4ª edición corregida y aumentada), cita en págs.. 151-152
[73] Dominus Est. Reflexiones de un Obispo de Asia Central sobre la Sagrada Comunión. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2009, 76 páginas. Con presentación de Mons. Malcolm Ranjith.
[74] Entrevista exclusiva para el blog “Adelante la Fe” (http://www.adelantelafe.com/) del 10-08-2015
[75] Ed. Encuentro, Madrid 1986. Citamos de las páginas 57 a 63
[76] Gianfranco Morra “Dottrina sociale e scristianizzazione” publicado en Documenti di lavoro n. 10, publicación de la Scuola di Dottrina Sociale; puede consultarse en Internet mediante buscador.
[77] “Teologia della secolarizzazione e Filosofia” en Archivio di Filosofia 1974, p. 168
[78] Cuando León XIII olfatea la desviación americanista en el catolicismo de los Estados Unidos empezando por su cabeza, el Cardenal Gibbons, el Papa percibe el influjo que ya entonces empieza a ejercer una sociedad protestante sobre los teólogos y pastores de la minoría católica norteamericana. Y a nadie se le oculta que este americanismo protestantizante era un pionero de la crisis modernista, que fue un empellón temprano de la protestantización del mundo intelectual y académico católico. Ante ese empellón respondió Roma y el episcopado latinoamericano con el Concilio Plenario del año 1899.
[79] 2ª Tesalonicenses 3,2
[80] Ver 1ª Juan 2, 15-17
[81] 2ª Corintios 6, 14 y ss
[82] 1ª Corintios 5, 11